Progresistas alrededor del mundo celebraron este fin de semana cómo Irlanda votó 62 por ciento a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta victoria es significativa e importante para un país que apenas descriminalizó la homosexualidad en 1993 y que ha sido por mucho tiempo dominado por la misógina, homofóbica Iglesia Católica.
El voto señala, para muchos, un cambio hacia un panorama cultural, político y social más progresivo.